viernes

Muerte de un dictador

Hoy ha muerto Videla. Así lo replican  los medios nacionales y de todo el mundo, y se intercambia por las redes sociales y  por los teléfonos, y se comenta en los trabajos y en las familias.
Uno escribe eso, que ha muerto,  y lo siente extraño: ¿de verdad ha muerto? No es su edad la  que contradice la idea, la que por supuesto llevaría  a entenderla como natural.  Su muerte no se siente como natural.  La imagen  de  que haya fallecido debe atravesar la terrible memoria: su poder de Señor de la Muerte no se condice con que a él mismo le haya llegado su turno.  La idea debe atravesar mis  muros de incredulidad: ¿de verdad  él mismo era finito entonces? “Entonces”, cuando el país estaba doblegado  bajo su oscuro mandato y cuando  era impensable que el mismo que mataba tan  soberanamente pudiera morir.

Se encontró con ella, o ella lo encontró, en su celda de la cárcel de Marcos Paz. En cárcel común, con condena por delitos de lesa humanidad. 

Yo escribiría en su lápida: “Fue dictador hasta el final”.

6 comentarios:

Marita dijo...

Y es que los dictadores no mueren, como no mueren tampoco sus víctimas y es bueno que así sea, porque la muerte implicaría para ellos (los dictadores) la gracia del olvido

Isabel Garin dijo...

Sí, la memoria los mantiene dictadores

Anónimo dijo...

Dictadores sí, no "Ex-dictadores", como los nombran los diarios

Aide

Anónimo dijo...

A veces, cuando proceso mis propios pensamientos y estados de ánimo, se me ocurre que "acá" se viene a aprender, por la vía de la comprensión o por la vía del sufrimiento, pero aprender, se aprende...
En el caso de Videla y de otros como él, en el fondo, son pobres tipos, psicópatas, carentes de calidad humana, incapaces de sentir empatía ni de entender que su propia libertad termina donde comienza la del otro. Lo que asusta es que seres como él puedan llegar a gozar de tanto poder, al servicio del mal. Y parece que se fué sin haber aprendido nada. Como decía Borges: "sólo loos idiotas no cambian nunca de idea".
Y para los demás, constituye un modelo de lo que no se debe hacer y de cómo no se deber ser.
A veces me pregunto qué tanto aprenderíamos si no tuviéramos modelos de naturaleza negativa.
Son sólo reflexiones de una tarde lluviosa de domingo.

Alejandro Abate dijo...

Videla, no sólo fue la cara visible de un grupo mucho más grande de asesinos que se perpetraron en el poder a mediados de la década de los 70'... hubo muchos "colaboradores" tanto en el campo de lo militar, como en el civil, empresario, eclesiástico y también político. Y diría más... que todo el famoso "Plan Cóndor" fue elaborado en y desde los poderosos EEUU, aquí puesto en marcha con el triste nombre de Triple A. Claro, eso no le quita responsabilidad a este asesino que hasta tuvo la suerte de morirse casi "naturalmente" como pregonan los diarios que en algún momento fueron también sus aliados...Ahora, en estos días que siguen, se le ha dado un manto de "misterio" a la autopsia y el encubrimiento de dónde irán a parar sus escorias...Lo doblemente triste es que esta basura humana, se ha llevado a su tumba (o donde mierda lo tiren) unas cuantas pruebas de tanta barbarie...Celebro su muerte! más allá de todo precepto moral, ético, o religioso, dado que a él, todos esos valores le faltaban...

Isabel Garin dijo...

Interesante eso de aprender con un modelo negativo...Y aprender, aprendimos, personal y socialmente, pero de qué manera tan sufrida, a qué alto precio, verdad?
Gracias por las reflexiones domingueras!

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