sábado
24 de Marzo: memoria de bibliotecarios
En memoria de los bibliotecarios y trabajadores de bibliotecas desaparecidos, y para concretar aquellos anhelos en el día de hoy, ver la entrevista a Silvia Fois, integrante de la comisión de homenaje
Entrevista a Silvia Fois
viernes
Pecanes
Por ese eco de canes pecosos, o algo así, se me formó la figura de algún animal que aún pudiera andar por el Tigre: un pariente del yaguareté, alguna bella bestia de cuatro patas con pelos y manchas (pecas) sobre el lomo. Sigilosa, de tonos marrones, espiando entre la vegetación de las islas. ¿A ustedes no?
Y luego sobre el eco de "pecanes" se me montaron los secantes, por eso de una remota homoninia en espejo, vieron...Recordé unos secantes rectangulares, de color blanco, que usaba cuando estaba en la primaria y el uso inexperto de la lapicera con cartucho de tinta dejaba un reguero de manchones sobre las hojas Rivadavia. Era imprescindible usar pecanes para salvarlos.
Al fin, ni secantes ni pecas ni canes ni tucanes acallaron el eco y busqué en Google (por supuesto). Resulta que "pecán" es una variedad de nueces. O sea, los pecanes son unos nogales y también sus frutos.
Listo. Se satisifizo la curiosidad y se abrieron las ganas de probarlas. ¿Ustedes no?
lunes
¡Tuiteros del mundo, uníos!
En el trabajo "Nuevas formas de significación en red: el uso de las #etiquetas en el movimiento 15M", de la lingüista Laura Menna, se analizan los tuits en sentido semiológico y político, y se describen los usos de los hashtags en la lucha y organización del movimiento de los indignados en España.
http://elies.rediris.es/elies34/Tesina_L-Menna.pdf
http://elies.rediris.es/elies34/Tesina_L-Menna.pdf
viernes
MOVIMIENTO DE MATERIAL un cuento de bibliotecarios
Esta mañana, al
entrar a la biblioteca, Juan ve que las series
monográficas que ayer estaban en los estantes hoy están en una caja. La caja parece una de
las tantas listas para donar pero
tiene arriba un cartelito escrito a mano que dice “Para canje”. En cambio, las que ayer tenían un
cartelito que decía “Para canje” ahora
tienen otro que dice “Para revisar”.
Ayer, lo que se
iba a revisar se separó en dos grupos: uno, para pedir opinión a usuarios directamente interesados en ese
tipo de material por si valía la pena ingresarlo al fondo bibliográfico o podía
descartarse, dando por supuesto que
habría mucho para descarte, y otro para canjear. Pero los usuarios
invitados a opinar no se hicieron presentes y ahora habrá que revisar lo que se
suponía que se podía descartar.
Juan trabaja con
lo que hay que revisar. Ubica a lo que hay que revisar en los estantes de más
arriba y en los de más abajo hace
lugar a
lo que se va a canjear. Antes,
las revistas y libros para canjear estaban más altos pero esos estantes se
ocuparon con una donación, que llegó intempestiva y desplazó
sin compasión a lo que había que
revisar, y lo que había que revisar desplazó desde sus cómodos estantes hacia cajas de cartón a lo que sería
para donar. Y lo que era para canje cambió de ubicación. Cuando cambió de
ubicación obligó a las series
monográficas a correrse y a gran
parte de los libros para
canje y donación a vivir en cajas
hasta ser efectivamente canjeados o donados.
Entonces, lo que
se iba a revisar quedó en dos ubicaciones separadas por la donación recibida. Una parte de lo que había que revisar se fue corriendo poco a
poco y ocupó unos estantes todavía libres, pero durante el año los estantes se
han ido llenando con los nuevos
ingresos, y desplazando también a lo
dispuesto para donar.
Antes de ayer
lo que estaba para revisar ocupaba el
espacio del material nuevo para ingresar. Hubo que hacer más lugar y lo que era para canjear fue corrido,
en espera de que al ingresar los materiales y ser ubicados definitivamente, se
liberara ese espacio.
Mientras,
lo que está para donar se corrió cerca
de la puerta, como si la proximidad de
la salida pudiera apurar el trámite para su ruta.
Eso fue antes de
anteayer.
Hoy, lo que se
va a revisar ocupa el lugar de lo que se iba a canjear, lo que se va a canjear
está donde estaba lo dispuesto para donar, lo dispuesto para donar está ahora mismo donde antes estaba lo que se
iba a revisar, lo ya revisado tiene un apretado lugar junto a lo ingresado y la
donación quedó donde está el material
para ingresar.
martes
Baratatut or baratat: nierque pi mule, nierque pi tramán.
Ot cras zama, baratatut
lime nierque vas ti resmo pi vas itrucón. Quartirhollo Itrucón pi resmo caroba
tos lomane mo tralla, i conzato lim acoba filum: pi baratatut.
Ot cras zimún, baratatat gole
ti minto lum, ti minto román. Quartirhollo da caroba mosa comín pi mosar, illo
brata ne: pi baratatat.
Tolen ot nierques limuta i
besore yeme, baratatut ome velotto
comán. Ene rimún, ¿baratatut nierques dolome cus visoro baratatat? Pirque mule querrén: ¿dine mo laso morcalín
pune baratatut cus baratatat? Reco trallín tos mara ponen torná: ot cus viraco vis ramán,
ot cus lomane eto bamade, ot cus nelloto mo conzato. Nine tra.
Binte, ot pune retolo lafosul tore pi ramán, or tore pi itrucón. Ot cus…membrilloa lomán.
Nierque querrín: ¿baratatut
or baratatat?
Ahhhh, pile, pile, pile…¡ébilas
nirag!
jueves
Orejas karenianas
Empecé un curso de Pensamiento Lateral. Me causa mucha gracia este curso, y el decir esto no implica ni la más mínima ironía o burla. Me causan mucha gracia los ejercicios que hacemos, y al decir esto quiero reivindicar la función de lo gracioso, lo lúdico, lo inútil, en el sentido de no productivo o rentable, no lógico, no del sentido común.
Tarea para el hogar: hasta la próxima reunión, el profe nos ha encomendado que practiquemos lo que él llama ejercicios en el "Open Poro". ¡Ja, ja! Dejar los poros abiertos pero no con crema demaquillante, sino para que nos penetren percepciones o ideas que habitualmente no reconocemos, porque no las estamos sintiendo o viendo aunque estén frente a nuestros ojos y sean grandes como elefantes.
No más oír esto, me vino a la mente algo que le ocurre a Ana Karenina (la de León Tolstoy), luego de un viaje en tren. En la Rusia del S. XIX Ana y su marido mantenían un matrimonio de clase alta, correcto y aburrido, sin objeciones y sin profundidad. Pero Ana había conocido al conde Vronsky, que luego será su amante, y que, era notorio, también se sentía atraído por ella.
Cuando Ana llega a destino, su marido la está esperando. Ana desciende del tren y por primera vez después de tantos años casada observa que su esposo tiene las orejas muy grandes, ¡unas pantallas de orejas!. ¡Tantos años casada con él y recién ahora lo nota! Ana se asombra de no haberlo observado antes. No hace falta deducir que luego de notar que su marido es un orejudo serio y solemne, se sienta más atraída todavía por el seductor Vronsky...
Bueno, eso...Observación, creatividad, lateralidad...La realidad puede descubrirse, lo de siempre ocultar maravillas, sólo hay que percibir lo de siempre con los poros abiertos para encontrar lo nuevo o lo distinto que ha permanecido, quieto y callado, detrás del velo de lo conocido.
(el Petiso Orejudo, abstenerse)
lunes
Banksy
El gran Banksy, artista inglés originariamente de arte callejero, grande por su calidad de artista y por su capacidad de mostrarse sin revelar su identidad, lo cual no significa ni bueno ni malo, solo que resalta la capacidad del arte actual para incluir a tutti quanti. Más allá de los debates sobre el oculto Banksy, miren lo que hace la policía a Alicia, la del País de las Maravillas. Para saber (o no saber) más sobre Banksy, se puede recurrir a su sitio
y/o a la Wikipedia
Otra de Bansksy:
miércoles
Los nombres y los días
Es fin de enero y para mí ya pasaron las vacaciones. Los gozosos de febrero
cierran las valijas y se despiden saludando con aires de “el que ríe último,
ríe mejor”.
Yo, que ya abrí y desarmé mi valija, empiezo lenta y perezosamente los rituales del año. Uno de
ellos: renovar la agenda 2013 y,
observo, el índice de direcciones, esas que siguen estando en papel porque el
directorio del celular y los contactos del correo electrónico no pueden
contener ni resguardar todas las direcciones de mi vida.
Primero renuevo la agenda tirando las páginas 2012. Miro las anotaciones: encuentros,
obligaciones, recordatorios, a ciertas horas, en ciertos días. Ya pasaron, se
deslizaron por el año anterior, se perdieron en el tiempo. Veo notas
subrayadas, signos, círculos, llamados, alertas por asuntos a los que debí
atender, mientras iba llenando las páginas de la agenda, una después de otra, una
seguida por otra, persistentemente. ¿Adónde se fueron esos apuros, esas previsiones, aquellas esperas? ¿Qué más queda además de
estas anotaciones con tinta azul?
Algunas me dan risa: arreglos o acuerdos que no se concretaban, enojos, repetidos llamados y búsquedas, visibles ahora como huellas
sobre el suelo inmaterial del tiempo.
Y este año sí, después de varios años de no hacerlo, me tomo el trabajo de renovar el índice de
direcciones. Me asombra su
desactualización. Familiares que ya no
viven donde dice ni tienen este teléfono, tíos
y amigos muertos, compañeros mudados, ex compañeros, absolutos
desconocidos: ¿quién es éste que dice acá? ¿Y ésta? No recuerdo porqué los
tengo anotados, ¿habrán sido importantes en su momento? Y hay otros asentados
en actuales categorías de indeseables, redundantes, inútiles. A veces, no me reconozco en el registro de
tal o cual, ¿para qué anoté a tal o
cual aquí si nunca, pero nunca, lo voy a
llamar? ¿Por qué sigo teniendo anotada a tal persona si no quiero saber nada de ella?
Limpio y hago práctica quirúrgica sobre nombres y lugares, corto, arranco,
y también añado. Anoto de nuevo sus nuevas direcciones, marco en el espacio las señales donde hallarlos. Registro a los
allegados para que no se me pierdan en el año que se deslizará nuevamente, para
que sus nombres, y con ellos mi necesidad de saberlos presentes, no
desaparezcan en el transcurso incesante de un día después de otro, uno seguido
por otro, incansables. Los registro
también para reconocerlos a mi lado, de mi lado, en la trama laboriosa de esos días que voy a tejer desde ahora
mismo, cuando el año recién empieza, en una
urdimbre que el próximo año me
parecerá otra vez liviana y olvidable.
jueves
Actuar o no actuar, ésa es la cuestión (monólogo del hombre indeciso)
Actuar
o no actuar, ésa es la cuestión. ¿Qué es
más elevado para el espíritu, sufrir los
golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra el piélago de
calamidades y, haciéndoles frente, tratar de acabar con ellas?
Morir…,
dormir; no más. ¡Y pensar que con el sueño inducido por pastillas creemos dar fin al pesar del corazón
y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡Morir…dormir,
tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga
considerar qué pesadillas nos pueden sobrevenir en este afán
nuestro, cuando nos encontremos enmarañados en el torbellino de la vida.
¿Es
ésta la reflexión que da tan larga vida al infortunio? Pues, ¿quién soportaría
los ultrajes y desdenes del explotador, los agravios del opresor que bombardea
poblaciones civiles, las afrentas del soberbio financista, los tormentos del amor desairado, los fallos de la
injusta justicia, las insolencias del poder y los desdenes
que la paciencia de los pobres recibe del hombre indigno, cuando uno
mismo podría recuperar su dignidad con la simple acción?
¿Quién
querría llevar tales cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si
no fuera por el temor a algo más allá si abandonara esas cargas, el horrible miedo al castigo del
poderoso, el quebranto de la calma anónima, la pérdida de la reposada indiferencia, la temida región del desafío de cuyos
confines se regresa victorioso o derrotado, alternativa que desconcierta
nuestra voluntad y nos hace soportables los males que nos afligen antes de lanzarnos
contra aquellos otros que vislumbramos? Así la conciencia nos vuelve cobardes a
todos y así el primitivo matiz de la resolución desmaya con el pálido tinte del
pensamiento, y las empresas de gran aliento o importancia, por esa
consideración, tuercen su curso y pierden el nombre de acción.
Hombre líquido
David dos Santos Feal